Luego de años de legisladores ausentes sin aviso y de un difícil acceso a la información, en la última sesión, la Legislatura porteña aprobó el proyecto de las diputadas Natalia Fidel (+SUMA) y Natalia Persini (PRO) para modificar su Reglamento Interno, pero a pesar de haber sido aprobado por unanimidad, el proyecto no cayó bien en algunas bancas.

Persini del PRO e hijastra de Niembro, propuso que la asistencia de los legisladores se publiquen en la pagina web de la Legislatura, en el contexto de nuevas tecnologías y con el fin de ser un Gobierno abierto.

Sin embargo, alguno de sus compañeros de bloque se sintieron un tanto “tocados” y no recibieron el proyecto de buena manera. De hecho, en medio de algunas quejas, las autoridades del bloque debieron ponerse el proyecto de Persini al hombro para que el proyecto pudiera salir por unanimidad.

En tanto, la modificación que propuso Fidel es facilitar el acceso de la ciudadanía a conocer como votó cada legislador en determinada sesión, sobre esto la legisladora dijo “algo tan básico como la publicación de votaciones nominales no estaba contemplado. Para ver que ocurría en cada sesión había que ir a ver a las versiones taquigráficas”

Según la diputada de +SUMA, el proyecto que fue aprobado por unanimidad sirve para marcarle el paso al Poder Ejecutivo, sobre todo en una semana en la que anunció obras como la urbanización de la Villa 31; puesto que es importante que haya transparencia en las contrataciones de las obras “Desde la Legislatura queremos dar el ejemplo”

Durante las negociaciones por el artículo del reglamento por el que la Legislatura estará obligada a hacer públicas las votaciones nominales, en el parlamento porteño recordaron el escándalo de los "diputruchos". 

En la sesión del 4 de diciembre de 2008, se difundieron imágenes en las que se veía a los legisladores del PRO Silvia Majdalani -hoy número 2 de la ex Side- y Oscar Moscariello presionando los botones del voto electrónico de dos compañeros de bloque (Cristian Ritondo -hoy ministro de Seguridad bonaerense- y Daniel Amoroso). El escándalo terminó en la Justicia y pese a que los "diputruchos" terminaron sobreseídos, la Legislatura adoptó desde entonces la televisación en vivo de las sesiones para evitar nuevos bochornos.